Epílogo III

("Serpientes de agua II", de Gustav Klimt)

Caminamos
Caminamos
Caminamos
Caminamos
Caminamos
Siempre de pasada y de pasado
El tiempo no se detiene
Y el río lo lleva todo al mar
ese que alza su brazo en cascada para simular una ola
que barre y limpia y renueva
El sentido del ridículo me hace pedir perdón por sospechar
que podía utilizar unos pocos elementos con propiedad
Sin embargo el gran logro
es sospechar
y atesorar el chasquido de la ola
la caída de la espuma el desborde que extiende

y por el cual resbalamos si nos resistimos al encuadre
al cubo al cuadrado al límite verdadero

Cuánto pensar para llegar a sentir
Cuánto sentir para intentar describir
Qué miserable camino lateral para llegar al tesoro
El tesoro no estaba
ya ha cambiado de lugar
Está enterrado en otro tiempo
insepulto
caminando siempre de lado para llegar tarde a la muerte
Se oye como un eslogan patético
para vender una vida a bajo precio
Me hago demasiadas preguntas y trato de recordarlas
mientras camino
Luego me parecen estúpidas
o inútiles
pero puedo descubrir entierros memorables
en las vitrinas
donde reconozco la prisión transparente del cubo

(Continuará...)