Animal cautivo

Hay que asumir que se es un animal, cautivo, entre los límites poco claros del espacio cibernético, universal, dudosamente real. Soy un animal... sólo tengo esa certeza y no me queda otra alternativa que escribir poesía para humanizarme. Tal vez debo decir solamente Escribir. Sé que no es la mejor manera para instalarse en un blog dispuesta a cazar espíritus. Pero tengo un hambre de pasión metafísica que convierte en Dios todo lo que toco.

lunes, diciembre 01, 2014

Poesía o asir lo inasible

Francisco Véjar, El Mercurio, 30 de noviembre 2014.

Antonio Rojas Gómez, Revista Occidente N 443.


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