Animal cautivo

Hay que asumir que se es un animal, cautivo, entre los límites poco claros del espacio cibernético, universal, dudosamente real. Soy un animal... sólo tengo esa certeza y no me queda otra alternativa que escribir poesía para humanizarme. Tal vez debo decir solamente Escribir. Sé que no es la mejor manera para instalarse en un blog dispuesta a cazar espíritus. Pero tengo un hambre de pasión metafísica que convierte en Dios todo lo que toco.

sábado, enero 14, 2006

Descendencia




















("El àrbol de la vida",
de Gustav Klimt)


DESCENDENCIA

Los descendientes del Fénix
se resisten a entregar las alas
Por razones poéticas
hay que estar en todas partes