René Magritte (1898-1967) fue uno de los creadores más singulares de toda la historia. "Es el hombre que transformó imágenes poéticas en poemas plásticos" dice Michel Draguet, director de los Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica.
Figura esencial del Surrealismo -que entendió y vivió a su manera- domesticó como nadie a la conciencia y diseñó impresionantes enigmas, instalando el desconcierto. Su potencial subversivo da escalofríos: se adelantó por décadas al Pop Art y al Arte Conceptual, al asumir el nuevo estatus del objeto en la creación artística.
El martes se inaugura en el corazón de Bruselas el Museo Magritte ( www.musee-Magritte-museum.be). Allí se despliegan más de 200 creaciones suyas: pinturas, dibujos, aguadas, esculturas, afiches, fotografías y películas. Brillan obras maestras como "El retorno" (1940), "Sherezade" (1948) y "El imperio de la luz" (1954).
El museo también es singular. Se entiende a sí mismo como obra de arte, y por eso su frontis está vivo: desde la calle, en las ventanas pueden verse imágenes magrittianas en movimiento. Son nubes a la deriva en un cielo intenso.
Todo, en un edificio neoclásico completamente restaurado, gracias a la tecnología de punta avaluada en 6,5 millones de euros, que dispuso la compañía patrocinadora, y que permitió aislar los espacios expositivos de todo peligro ambiental. "Trabajé con GDF SUEZ para crear un 'espacio técnico' entre las paredes del edificio y su interior; lo llamamos 'la segunda piel'" explica Winston Spriet, el escenógrafo del museo.
Así se honra a este creador que a los 30 años, trabajaba como publicista para sobrevivir y cuya casa era sede de sus amigos surrealistas. Un artista que bebió del anarquismo, del Dadaísmo y del comunismo, pero que construyó su propio universo, pues sabía que, en una tela, la paradoja nos permitiría tomar conciencia de que somos esclavos de las convenciones. Un hombre comprometido a tal punto con la verdad, que desmintió la realidad de la percepción y del intelecto.
Lo declaró en 1947: "Ser surrealista es desterrar la noción de 'déjÀ vu'". Sin ello, la libertad era una quimera.
4 Voces dicen:
cierto, lo leí hace poco
al fin tiene su museo
Lo esperaba hace muuuuuucho tiempo.
Abrazos.
Muy interesante. Abrazos.
Yo tengo un cromosoma surreal...
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