El niño fantasma
("El Gran Metafìsico", de Giorgio de Chirico)
El niño fantasma
Louis Aragon se recuerda, tanto como yo, de ese Café de la Plaza Pigall —en el que estábamos con Chirico— y de un niño que entró a vender flores.
Chirico, de espaldas a la puerta, no le había visto entrar, y fue Aragon, asombrado por la traza original del muchacho, el que le preguntó si no sería un fantasma.
Sin volverse, Chirico sacó un espejito de su bolsillo y después de haber, por largo rato, examinado al niño a través del vidrio, respondió que efectivamente era un fantasma.
(Relato de André Breton)
1 Voces dicen:
Bonita historia. Los espejos son también instrumentos para descubrir fantasmas. Esta mañana te he leido y después no me atreví a mirarme. Besos
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