Seda
Video: Duetto dei fiore. Realizado por Piasintei
Seda
"Hervé Joncour empezó a caminar en la sombra que los árboles, encima y alrededor de él, le recortaban a la luz del día. Sólo se detuvo cuando de repente la vegetación se abrió, por un instante como una ventana, al borde del sendero. Unos treinta metros más abajo se veía un lago. Y sobre la orilla del lago, sentados en el suelo, de espaldas, Hara Kei y una mujer en un vestido color naranja, los cabellos sueltos sobre la espalda. En el instante en que Hervé Joncour la vio, ella se volvió, lentamente y por un segundo, el tiempo justo para cruzarse con su mirada.
Sus ojos no tenían aspecto oriental, y su rostro era el rostro de una chiquilla.
Hervé Joncour echó a andar de nuevo por la parte intrincada del bosque y cuando salió se encontró al borde del lago. Pocos pasos delante de él, Hara Kei, solo, de espaldas, estaba sentado inmóvil, vestido de negro. Cerca de él había un vestido color naranaja, abandonado en el suelo, y un par de sandalias de paja. Hervé Joncour se acercó. Minúsculas olas circulares posaban el agua del lago en la orilla, como enviadas allí desde lejos (...) Con un gesto imperceptible, antes de retomar el sendero dejó caer uno de sus guantes cerca del vestido color naranja abandonado en la ribera.
(...) Entendió que había llegado a la morada de Hara Kei cuando vio una enorme jaula que custodiaba un número increíble de pájaros de todo tipo: un espectáculo. Hara Kei le había contado que los había hecho traer de todas partes del mundo. Había algunos más costosos que toda la seda que Lavilledieu podía producir en un año. Hervé Joncour se detuvo a mirar aquella magnífica locura. Recordó haber leído en un libro que los hombres orientales, para honrar la fidelidad de sus amantes, no acostumbraban regalarles joyas: sino pájaros refinados y bellísimos".
Alessandro Baricco (Turín, Italia, 1958).
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