Animal cautivo

Hay que asumir que se es un animal, cautivo, entre los límites poco claros del espacio cibernético, universal, dudosamente real. Soy un animal... sólo tengo esa certeza y no me queda otra alternativa que escribir poesía para humanizarme. Tal vez debo decir solamente Escribir. Sé que no es la mejor manera para instalarse en un blog dispuesta a cazar espíritus. Pero tengo un hambre de pasión metafísica que convierte en Dios todo lo que toco.

sábado, diciembre 31, 2005

Salida de las aguas


















(Fotografía de Mara Daruich)


(...)Hasta que un día en tiempos muy remotos
en medio de la odisea
divisó los primeros espejismos
La Atlántida con sus columnas
y plataformas móviles
llamaban a sumergirse
para navegar hacia el mar que no es morir
Ulises la alertaba a hablar con acertijos
pero ella se negó a oír y en esa vida
al caer a la fuente
se ahogó
Gracias a eso descubrió el valor de la experiencia
en su siguiente vida
Escondió un gran enigma bajo el agua
No había para qué descifrar Oh gran sorpresa


Toda la humanidad había dejado sus cartas bajo el agua
vibrando en una historia única
donde acampaban los deseos más profundos (...)

viernes, diciembre 30, 2005

Dos poemas para Nexus 6

Fotograma de (Fotograma de "Blade Runner", de Ridley Scott)

NEXUS 6 lI


El pidió una coca-cola
luego de sortear las cataratas
y los puentes de bambú
Una extraña música de fondo
y el sol
intentaban un duelo
para hacerse notar
Ella se tendió bajo la sombrilla
a esperar el inicio
de la acción
El se sacó el reloj y lo dejó sobre el velador
que sería el árbol
y pensó que ella le pediría apagar la lámpara
que sería después el sol
A ella le hubiera gustado
adivinarle el pensamiento
pero eso es muy feo
(es como sacar del bolso un revólver
en vez del rouge)
El se acercó abriendo unos ojos
tan enormes
que dejaban el cielo al aire
(luego cayó junto a ella golpeándose la cabeza)
Se rieron como locos
acomodando los almohadones
tratando de desbaratar la distancia
sin tener que hacer promesas
hasta que el reloj
cayó como una fruta madura
sobre el pasto alfombrado
(Ella desaparece por la izquierda fuera de pantalla)



ELLA DESAPARECE POR LA IZQUIERDA EN PANTALLA
NEXUS 6 III


Ella
Desaparece por la izquierda
en pantalla
asegurándose
de no encontrar ningún espejo
en donde él pudiera reconocerla
alguna vez
en la tierra
Su imagen va rodando con la luz
en el letrero
y sonríe
mientras anuncia
entre lluvia y vapor
coca-cola oriental.
El sabe que va a morir y con él
toda la especie
y eso es muy feo
tan feo como decir
que ya estaba escrito
o que estamos flotando sobre los restos
de una ciudad
que ya no existe

Recordando a Sam Lowry

(Plano de "Brazil", de Terry Gillian).

Escena 1 Dormitorior/ interior/ noche/
Una mujer madura, en camisa de dormir, está frente a un televisor. La vemos de espalda. En la pantalla de T.V. sólo se ven luminosidades y colores. Ella comienza a arreglar el brillo de la imagen.

Bella: (tosiendo hacia el T.V.)
Son tres capas. Se distinguen al cerrar un ojo. Tres capas diferentes como cortinas estampadas... después la ventana, el grupo de cirrus-nimbus-cúmulos y el frente frío que viene desde el televisor, en donde la modelo del tiempo lee sin pestañear...

La mujer toma el control remoto y congela una imagen. Se sienta en un taburete junto al T.V. Da la impresión de que conversa con alguien y que intenta demostrar algo. En la pantalla está congelada una modelo joven, junto a un mapa sinóptico del tiempo (con soles, nubes y lluvias).

Bella: (como si estuviera disertando)
...no pestañea porque seguramente ya ha muerto y ahora es una de las tres capas de fósiles que se superponen en la tierra...

La mujer se levanta. Tose y recorre las paredes del dormitorio, busca algo, toca el papel mural, tantea la textura dando golpes como si auscultara. Una sombra desliza diarios por debajo de la puerta. Se despliegan titulares: La Triple Universal exige reflotar vestigios de la Atlántida. Ruinas Históricas a Museo Internacional. Potencias proponen llamar a subasta por el Patrimonio de la Humanidad.

Bella:
La pared es de tabiquería con... madera aglomerada. Esa es otra capa con bichos aplastados... caracoles, bisontes con pasto fresco en la boca y aletas de dinosaurio... asqueroso...

En las paredes se observan grietas (sísmicas). Ella arranca trozos de papel mural y los revisa, recorre el pasillo con linterna. Al fondo hay otro T.V. encendido. Ella comienza a hacer "zapping" (elimina el sonido). Se ven (dos y tres segundos por imagen) futbolistas dándose puñetes, militares fusilando gente, persecución de ovnis por bombarderos, detectives muestran drogas, fragmentos de video-porno, máquina para adelgazar sin transpirar, maquillaje permanente a prueba de lágrimas, pintura en género, reciclaje de piel y (sube el volumen a gran intensidad) evidencias paranormales: una familia se envía objetos desde la cocina al comedor haciendo uso de su poder mental.

T.V: ( dueña de casa en bata)
...se llama simplemente telekinesia, usted puede hacerlo sin cansarse y conseguir veladas entrañables con su grupo de amistades o familiares, o hacer el trabajo de casa sin esfuerzo...

Bella: (se oye sirena de bomberos, ella mira hacia el vacío)
También en el T.V. cable, se siente el olor, circulando... es algo antepasado al interior de las paredes... maldita capa y en mi propia casa.
Se devuelve al dormitorio, enciende una vela junto a un pequeño altar con santos y fotografías.

Bella:
No puedo dormir con estas presencias... el mal está en todas partes... escombros... mugres. Hongos, miseria empapelada... cañerías que van de casa a casa, de puerta a puerta, recombinando las intimidades familiares.

Hace "zapping" y observa un plano de "Brazil", de T. Gillian (la madre de Sam Lowry en plena cirugía plástica con celofán).

Bella: (Alzando el teléfono)
¡Nada de con quién hablo! ¿Con quién desea hablar? ¡Perdóneme, usted es el que llamó! aaaah... ¡Don Jorge!... no lo reconocí... ¿La señora Juanita? No, no està aquì... pero si ella no aparece de aquí a mañana, se va a quedar sin trabajo... ¿cómo que no ha llegado por allá? ¿y dio aviso a la policía, buscó en los hospitales? ¿Desde el viernes?

Bella, sofocada, intenta abrir la ventana pero no puede. Está alterada. Transpira.

(Primera escena de un guiòn de ciencia-ficciòn que escribì hace 10 años cuando presentìa que èse era un gènero siempre presente. Ahora tengo la certeza).
(El formato està alterado por la plantilla del blog).

jueves, diciembre 29, 2005

Nubes


Eternamente sentada en las rocas, adivinaba el futuro en las algas mientras miraba desvanecerse las espumas. Presentía en el horizonte la llegada de un barco fantasma, un barco épico que al divisar mi silueta de sirena vendría a rescatarme. En ese tiempo aún no sabía de qué. Yo era una sirena sin vocación de sirena. Lo que sí sabía, a pesar de la falta de lucidez que produce la incomunicación, era que el tiempo estaba desfasado. Me lo confirmaban los ecos que caían por las tardes, anuncios acerca de otras épocas que yo dejaba rodar entre el viento y los remolinos de la noche, hasta que al fin encontraran su fuente. (Fragmento de "Diario de una Sirena")

miércoles, diciembre 28, 2005

Tengo algo raro en un ojo

Yo pretendía hacer este viaje en silencio. Quería oír al paisaje y su llamado a los seres vivos en el espacio. Me querían hablar y sabía que era importante. El estado poético me estaba poniendo sobre aviso. Pero el chofer del bus decidió encender una estación de radio en desencanto amoroso.
Y así el engaño, entre publicidad callejera, brillo perfecto en cera de pisos, extras de guerra y llamados de auditores con lamentables tragedias y consejos del locutor, empezó a golpearme una especie de tic en el ojo, con un compás sumamente mecánico. Creo que una pestaña me está creciendo hacia adentro, pensé por un momento, al menos eso parecía. Era como la sensación de un engranaje gastado que me pillaba la piel al girar. Preocupante, por decir lo menos.
El problema pareció agudizarse cuando empezaron a hablar de fútbol, a repetir declaraciones de jugadores, dirigentes y fanáticos, como si fuera un asunto fundamental para la humanidad. Luego la operación que le harían a no sé quién y después el tenis y el ántrax, más el ruido de la alarma del bus al pasar el kilometraje permitido y luego la financiera Atlas y Osama que sigue vivo. Creo que comienza a temerse su inmortalidad.
Quedan varias pestañas entre mis dedos. Y yo miro las espigas, los dedales de oro, las nubes entre los carteles de Copec y Coca-Cola y las torres de alta tensión con sus cables y sus postes .
—Marque 1-2-3 —suena como una inocente fórmula desde la radio, mientras el tic comienza a hacerse evidente y ya me duele un pie. Creo que tengo ganas de moverme, tal vez caminar por el pasillo del bus. Me está pasando algo parecido a un viaje en avión cuando los tobillos empiezan a crecer y uno cree que puede dar a luz un tronco de roble con anillos milenarios.
El auxiliar entona una de esas horribles canciones, espera ser descubierto, imagina un productor de locomoción colectiva, una personalidad busca talentos disfrazado de viajero incógnito. Ahora canta un eslogan publicitario.
Afuera los tonos de verde –con filigranas y nervaduras doradas–, danzas ocres y arbustos amarillos salpicados de pétalos, estiran los brazos con angustia.
—¡Recuerde: aspirina de Bayer! interrumpa al instante ese dolor de cabeza —modula el locutor.
Los árboles son milagrosos. La cabeza me pide atención. Vengo huyendo del ruido permanente que me ataca entre T.V. radio, voces y movilización ciudadana. Creía haberme liberado por dos horas. Pensaba acceder al silencio. Ese templo al que deberíamos ingresar descalzos y en dirección al mar. Y soy atacada de nuevo. Cada minuto y a través de todos los sentidos alguien quiere ofrecerme algo a mí.
—Si, a usted, el que me escucha desde cualquier rincón del presente. Quieren obligarme a comprar. El tic aumenta y al mirarme en el cromado del cenicero descubro que tengo un ojo enorme y desenfocado. Vibra como si estuviera empezando a dibujarse algo. El otro ojo está normal.
Se suben a vender pasteles y la radio transmite sobre el producto milagroso para bajar de peso. Se puede comprar en cuotas con la tarjeta. Con cualquiera, incluso desde el celular. Se lo pueden ir a dejar a la casa, al trabajo. Se lo dibujan y describen detalladamente por internet. Ademàs agregan que pueden hacer lobby para transportarlo al cementerio, si es que se fue con esos incómodos kilitos de más.
El cielo está variando sus matices y las nubes se acomodan para algo. La óptica ofrece lentes desechables en tres colores, por el precio de uno. Se me derrama una gota espesa del ojo. Parece una pintura amarilla diluida en trementina porque arde. Al centro del ojo empieza a aparecer la imagen ascética de Jesucristo. Tiene un efecto palpitante. Ahora se dibujan a su alrededor un conjunto de escenas. Se ordenan en el círculo del iris. El auxiliar del bus viene a ofrecerme bebidas. Afuera todo está sembrado y sus surcos me llaman a germinar. El auxiliar da un grito aterrador y yo lo miro con el ojo fijo. Me siento conectada al ojo crucial de El corazón delator de Edgar Allan Poe. Disfruto la referencia aunque preferiría ser el victimario. Es una indignidad morir por culpa de un loco que considera que tu ojo es repugnante. Desde sus asientos se levantan los viajeros para comprobar la pertinencia del grito. Puede ser una estrategia de mercado. Detienen el bus. Mi ojo reproduce ahora Los siete pecados capitales de El Bosco. Dios que todo lo ve.
Parece que quiere ocuparme de médium, creo que El me necesita, pienso.
Hablan de llamar a la policía. Pero la policía está ocupada persiguiendo psicópatas por cámara . Y jugando al pillarse por los paseos peatonales.
Tengo un ojo desbocado que me lagrimea. Cada gota repite la versión en miniatura del cuadro. Me tienen amarrada por si soy peligrosa. Apagan la radio para tomar decisiones.
—Podríamos vender sus lágrimas porque traen la imagen de Cristo —dice alguien, mientras planean subirles el precio si las bendicen. Ponerles una cinta roja para colgarlas del árbol navideño.
—Hay que hacerle un buen marketing —opina un estudiante.
—No hay para qué buscarle la utilidad al milagro —dice una señora que no se inmuta, porque debe ser sabia pero lo disimula bien.
Un río se me está desbordando y aprovecho la confusión. Me violento, huyo y arranco por las aguas que buscan un cauce entre los asientos hasta las ventanillas que pronto explotan en miles de cubos inastillables. Mis huellas se desvanecen en el agua y los despisto. Oigo que me buscarán con perros expertos que huelen el espíritu. Dicen que van a empadronar a todos los pasajeros de buses desde ahora en adelante.
—¡Anda tanta gente rara que habrá que protegerse! —agrega una joven rubia recreada a lo podle.
Alguien dijo que me vio con una cajetilla de cigarros Zonza. Que llevaba un libro de mapas con dos torres... con siglas de computación... que tenía... que llevaba... que entregué... que boté al suelo algo como...
Sé, con la certeza más digna que no estoy soñando. Esa sería una solución fácil. Yo sé que todos llevamos un monstruo adentro. El problema es que no sabemos cuándo va a manifestarse. Ni siquiera sabemos si lo podremos hacer pasar por moda, vanguardia o guerra santa.
Y si realmente tiene sentido.

Apuestas

Destino

Se puede estallar en cualquier momento
vivimos sobre un polvorín
ni siquiera vale la pena pasearse memorizando libros
para salvarlos de las llamas
nosotros somos las llamas
la expansión de la energía
el autobomba
el kamikaze
el jugador que siempre apuesta
por el destino

Juegos

Desde entonces vago por este palacio de la risa con sus ecos hipnóticos y sus pajes sonámbulos, cruzando las argollas de humo de las diversas etapas, hasta la pérdida fatal. Pero momentánea. Mañana es otro día y habrá nuevos amuletos, poder en efectivo para iniciar el metabolismo de las máquinas. Por eso nunca se nota la tristeza o la derrota. Al amanecer, los perdedores comienzan a desvanecerse como fantasmas que arrastran sus cadenas por los salones alfombrados sin confundir a nadie, sin provocar dudas o risas. Desaparecen sin dejar huellas, sin extender su derrota o contaminar el ambiente con su muerte. Sólo desaparecen en un silencio opacado por los gritos de júbilo de la tecnología y el tintinear de las fichas danzantes de mano en mano, promoviendo la comunión de los competidores que repiten su lema como un mantra “Lo importante no es ganar sino competir”... (Fragmento de "Diario de una Sirena").

martes, diciembre 27, 2005

Hueso



















Sentí deslizarse algo por debajo de la puerta
No había nadie
No había casa

Paso de Cebra

Cebras y Reglas


LA CEBRA

La cebra es un mamífero originario de África. El pelaje rayado que posee lo distingue del caballo, conocido por la utilidad que presta en todo tipo de trabajos domésticos, usos, tareas y competencias lucrativas. La cebra se parece físicamente al caballo, pero es más pequeña que él y se comporta como un asno salvaje. En su cabeza, y a lo largo del cuello tiene una crin gruesa de pelos erectos que coronan sus grandes orejas. La cola es corta y termina en un mechón de pelos negros. El diseño que muestra su piel de rayas oscuras sobre fondo blanco tiene una función natural de camuflaje para permitirle disimular su presencia en el hábitat donde se desenvuelve, normalmente casa —y territorio de caza— de sus enemigos más feroces que son los leones, aunque la especie que verdaderamente no cejará en su acoso hasta extinguirla, es la de los cazadores, quienes las tienen siempre en la mira para lucrar con su carne y piel, o venderlas para ser expuestas en zoológicos y circos, o utilizarlas en carreras de tiro.
La cebra pertenece a la familia de los Équidos, incluida en el orden de los Perisodáctilos. Existen tres especies de cebras, pero se distinguen subespecies que varían mucho según las diferencias en la disposición de las líneas sobre su pelaje. La cebra montañesa es la más pequeña de las especies. Es fuerte y musculosa, y mide poco más de 1 metro de altura. Su piel es blanca acerada, con líneas negras que ocupan todo su cuerpo, excepto el estómago y la zona interna de los muslos. La cebra de montaña recibe el nombre de Equus zebra. La cebra común se denomina Equus quagga y la cebra de Grant, Equus granti. La cebra de Chapmann se clasifica como Equus chapmannae, la cebra de Böhm como Equus boehmi, la cebra de Burchell (exterminada por los boers y otros colonizadores de África del Sur), era conocida como Equus burchelli, y la cuaga como Equus quagga. La famosa cebra de Grévy, denominada así en honor al presidente francés Jules Grévy, corresponde a la Equus grevyi, especie exterminada durante el siglo XIX.


PASO DE CEBRA

No está claro el punto de origen de la entrada triunfal del paso de cebra al Reglamento del Tránsito. Pero allí, la evidencia de la ley demanda en su artículo 167, qué es y cómo debe ser usado el paso de cebra. ¿A quién se le ocurrió diseñar un conjunto de líneas blancas sobre el pavimento para demarcar un terreno seguro en la avanzada de los peatones? Es un asunto que preocupa seriamente a los científicos, quienes han enfrentado el tema como un problema epistemológico, intentando definir en esencia lo que es el paso mismo. Ritmo, calzadas y calzados, trotes, pezuñadas, tacones, herraduras, huellas y sus consecuentes pataletas metafísicas llaman a la confusión. Por eso, el Manual del Tránsito ordena que la demarcación del paso de cebra debe ser claro y visible, especialmente de noche. Y las reglas son las reglas: los peatones tienen prioridad ante un paso de cebra respecto de los vehículos que se aproximan. Entonces, donde la visibilidad se dificulte por factores como lluvia, suciedad y bruma, el paso se reforzará con balizas intermitentes. Y si existe el peligro de que una manada se desbande por donde no corresponde, se colocarán vallas peatonales. Quizá ¿paralelos y meridianos? ¿coordenadas situacionales?
¿Reglas del juego, del tránsito, de la moda? Lo cierto es que estas convenciones llevan a creer que ejercemos el derecho a mantenernos con vida si cruzamos por un paso de cebra aquí y en cualquier lugar del mundo. Los automovilistas no exterminarán a los caminantes como si fuesen cebras salvajes. Entonces ¿por qué ellos representan el 50% de las víctimas de accidentes de tránsito? He ahí una señal de peligro. Algo anda mal en la estrategia para parecer cebra. Alguien opinó que hace falta más coordinación entre los actores que intervienen en el espacio público, ya que la mayoría de los peatones y automovilistas no conocen o no aplican las normas que regulan la dimensión oculta de los pasos de cebra —mal ubicados y señalizados—, lo que aumenta el riesgo de atropellos y choques. T. P. Mulligan, ha escrito que la Dirección del Tráfico Mundial publicó unos “criterios operativos comunes aplicables en todos los países para aclarar definitivamente lo que es un paso de cebra”. Con ello demuestro la preocupación generalizada existente en el tema y reproduzco dos puntos iluminadores, tanto, como una revelación divina:
“C) El color de las franjas puede ser variable pero se preferirán el blanco y el amarillo evitando los tonos escandalosos o de mal gusto (el lila y el floreado quedan prohibidos)”.

“E) Queda prohibido pararse a charlar, merendar, traficar con droga o armas, o hacer el amor en los pasos de cebra. Los peatones pasarán rapidito y nunca harán gestos despectivos o “toreros” a los conductores de los vehículos al pasar. Los conductores, tienen prohibido acelerar en punto muerto o meter miedo con falsas salidas a los peatones que se encuentran cruzando”.

Es doloroso reconocer que avanzamos por las calles como ludópatas que se enrolan en el juego sin oponer resistencia, porque el vicio de ciudadanía es superior al deseo de reflexión. ¿No es mejor esgrimir el humor para enfrentar un puente resbaladizo, una curva peligrosa, una pasarela con fatiga de material, un túnel, un callejón sin salida? ¿Qué habrá al otro lado? Cada cual decide qué secreto desentrañar, qué obsesión perseguir, si buscar a la muerte o trazar el camino para volver de la muerte. La creación es eso, aunque estemos siempre en temporada de caza, expuestos a la liquidación, la eliminación, el retiro, la conciencia de la transitoriedad y el desecho, como pasajeros de las tumbas no permanentes, que cada cierto tiempo pierden el nicho. Y ganar un nicho en el mercado es crucial para la vida terrena. Pero hay otras.

lunes, diciembre 26, 2005

Nueva York

Nueva York
(Julio 2002)

Querida hermana: ayer no pude responderte, porque volvimos tarde con mi Lily. Fuimos al Museo de Ciencia e Historia Natural y quedamos marcando ocupado. Toda la historia de la humanidad está ahí. Diversas civilizaciones, animales extintos y otros en servicio activo. ¿Qué te digo? Dinosaurios, tiranosaurios rex, mamuts, bisontes... flora y fauna terrestre y marina. Reconstrucciones de ciudades. Babilonia. Objetos tan antiguos que daba vértigo. Estaba la piedra negra con escritos cuneiformes del Código de Hamurabi; según la Lily era auténtico... Es imposible detallarte todo lo que vimos y sentimos. Ella no había ido a este museo. Me estaba esperando, por lo de los animales prehistóricos, tú sabes. Nadie sospecha la magnitud del tesoro. Reconstituciones de escenas en plena selva con animales embalsamados en actitudes y puestas en escena increíbles. Una sala con elefantes en manada venían hacia uno. ¡Qué recibimiento! Y las luces para producir el dramatismo del atardecer selvático. Más que museo, era la historia. Vi meteoritos. Uno de cincuenta mil años convertido en una especie de escultura de hierro de varias toneladas. Lo toqué; curiosamente, muchas cosas se pueden tocar; todo lo tocábamos para sentir sus texturas y posibles vibraciones de la eternidad. No te imaginas los esqueletos. Colas de cinco metros, con eso te lo digo todo. Estábamos en la selva, en los desiertos, en la prehistoria, en las cavernas con pintura rupestre, entre los mayas. El tiempo traspapelado. Demasiado para un solo día. Nos bajamos agotadísimas de la mismísima máquina del tiempo. Ahora el big-bang, la evolución, Dios, el tiempo y el espacio me dejaron pensando en la necesidad de reconciliar la Fe y la biología, la metafísica con la lógica y la fracturada cronología con el azar y la predestinación. Lo único que me produce sentido es pensar en la obra de arte mayor, global, de suprema inteligencia y perfección. Al distanciarse y mirar de lejos, entonces uno empieza a ver el paisaje ordenado, el rompecabezas armado... Tanto fósil, tiempo comprimido, tótems, tanta evolución, tanta vida y tanta muerte… Transformación. Tanto universo planteado artísticamente… Pienso en mis cuentos.
Nueva York: ciudad inflada con goma de mascar. Figuras de saliva como manchas de Rorchard con sus sobrerrelieves amenazantes desde el suelo. Todo el ADN del mundo en los zapatos. Y el sudor universal en las barandas.
Tere: ¿te dije que Times Square era igual a “Blade Runner”? Letreros, neones, razas entre vapores que suben desde el subway y afloran en el pavimento como geisers. Cualquiera podría ser un nexus o un androide posmoderno y nadie se daría cuenta.
Ayer fui a la "Zona cero". Donde estuvieron las torres gemelas -como nosotras- quedó una cruz de metal hecha por los trabajadores con las últimas vigas de una torre. Ofrendas, flores, fotografías. Fui a Wall Stret. Tomé el ferry para ver la estatua de la Libertad. Tengo los pies llenos de heridas. Necesito unos zapatos con las alas de Mercurio para hacer más expeditas mis salidas. He bajado de peso, y con eso, voy a tener una imaginación más desbordante para los próximos escritos... lo presiento.
Aquí todo sucede exageradamente... una tormenta eléctrica es de thriller. Los habitantes de esta ciudad-arca representan a cada pareja del planeta con sus respectivas reproducciones mezcladas.
La única maldad que he hecho... En Atlantic City, casino Baly's, perdí más de lo que pensaba. Dura batalla contra máquinas insensibles, tragamonedas de la peor calaña, en un palacio de cartón piedra.
La diversidad es liberadora, pero algo te hace recibir los rebotes de Babel en el cruce de las lenguas y te mantiene alerta para no dejarte reclutar en el escuadrón que quiere ascender a un falso cielo.
Intento practicar mi inglés minimalista, pero todo el mundo quiere practicar su español conmigo, ergo no avanzo mucho… Entonces lo único que me queda son letreros: “not eating and not drinking here”, porque todo el mundo anda comiendo sus combos cinco y colación chatarra. Y les gusta dramáticamente: tallas multi X y refrigeradores como ascensores.
Autos dorados, limusinas como rascacielos; vueltas innumerables del oro en las muñecas y los cuellos demuestran la pasión ancestral del colono que venía a hacerse la América.
El subway es el laberinto más parecido al Hades de Orfeo y mantiene el aroma del tiempo interno, con humedad e inquietud, suspenso y sorpresa. No falta el ser que se explaya en inglés largamente, solo, con sus pensamientos a punto de materializarse. El temor me hace estar alerta porque el hecho se repite en calles y cafés y no hay celular de por medio como para pensar en diálogo. La Lily me dice, no lo mires, no está, nunca estuvo. Aquí les gusta hablar sus cosas en voz alta; piensa que es un monólogo de un actor, o un poeta que encontró tribuna para el recital y relájate… Porque tú con esa cara, te ves mucho más peligrosa que él.
Chao, respóndeme, ya que estás conectada con tu cordón umbilical al espacio. No te vaya a caer un meteorito en la cama.
Hasta pronto.

Identidad






















Identidad

Un inquietante cruce de sol y sombras la azotó esa mañana
Al descubrir que entre sus recientes escamas
Se había fosilizado una caracola
Aparentemente la joya marina tenia un millón de años
Pero a nadie le preocupó
Era demasiado antigua para ser recordada
Demasiado natural para erigirle un altar
En la memoria común lo importante ahora
Era cómo demostrar que el lugar
El mar ese mar donde había dormido
Durante su última noche
Era un mar del principio de la vida
Y la formación de la tierra
Se detuvo entre el humo y la luz artificial
Y recuperó el aliento
El vidrio que simulaba ser una cúpula sobre su cabeza
Dejaba ver los pies de los transeúntes que cruzaban la tierra
Como alfiles sonámbulos
En medio de esa nube hipnótica
Un portal lleno de notas se abría entre las galerías
Y escaleras del infierno urbano
Se vive intensamente a pesar de todo
Se recuerda a los muertos que improvisaron bajo la lluvia
O cerraron los ojos en la estación del metro al final
El absurdo es un alud de viento que trae sonidos gastados
De vigencia y ecos ecos ecos
Que preguntan si tiene sentido mirar hacia atrás
Si no es mejor salir a buscar algo que no está en esta casa
En ninguna casa de la historia confusa y maquillada
Ha ocurrido demasiado tiempo dicen
Y el pasado es lento para prestarle oídos
Hay que levantarse y salir a tirar monedas
A recoger monedas
A escapar del recuerdo de las ciudades celestes
De los peligrosos arquetipos rodando agotados de tragedias
Sobre la arena movediza o el telón sin fin
Donde actúan personajes que desaparecen al cortar la luz
Entonces otra vez todo es desfile y trajes de gala acribillados
Sin embargo hay mañanas en las que abro las cortinas
Y siento que puedo cambiar el curso del planeta
La historia universal siento que puedo alargar la vida
Resucitar a los enfermos
Que puedo hacer estallar mi corazón y ponerle sangre a las estrellas
Porque el despertar de la terrible muerte es un alud de cielo
Que me lleva sin miedo dando vueltas de campana
Tras el despertar de la luz por las fisuras del tiempo
Con las caracolas extinguidas
Saludando a la corte de dioses y fósiles milenarios
Errando por la vida infinita

domingo, diciembre 25, 2005

El Guardián






















La poesía siempre viva
fertiliza el ciberespacio
con su aliento

sábado, diciembre 24, 2005

Desplazamiento
























Desplazamiento

Me desplazo a la segunda fotografía pero dudo por lo caótica/ Se adelanta/ Retrocede/ Se esconden me interrogan y no sé qué contestar/ y en esa magnífica confusión llego a preguntarme si es falso/ que sea verdadero o verdadero que sea falso/ Las imágenes envejecen y los muertos eluden el encuadre/ Las fotografías tienen su propia religión y viven en otro templo/ El pasado y el futuro de una cinta de video es circular/ qué hay más atrás el principio o el final/ Pero más atrás es el pasado y por lo tanto el principio/ y yo prefiero cerrar los ojos y preguntarme qué hago aquí adelante/ Delante de todos mis recuerdos y detrás de las palabras/ pero presente mirando a todos estos grandes y odiosos mitos/ Señores faranduleros directores de países mariscales en jefe/ contralores generales políticos jugadores de la historia/ y luego pienso verdaderamente en lo falso que parece todo lo que es cuestión de tiempo/ y de finales o principios/ mientras intento no oír la sirena de la ambulancia que anuncia a la Muerte/ No estoy en un barco/ Estoy en el centro de Santiago sentada en el escaño de un ilusorio paseo peatonal/ mientras dejo pasar el tiempo frente al local de revelado urgente/ Sólo hace falta una hora para saber si existieron/ Si todos ellos estaban entre los que pasaron de largo/ ejercitándose en no ser robados en no oír a las sirenas/ En no saber cuál es el principio cuál es la meta qué es un final/ Se cumplen los horarios y comienza la canción de las cortinas metálicas/ La policía refuerza los puntos luminosos los candados crujen/ Un vagabundo que aflora desde las alcantarillas se sacude la nada y se velan con él las fotografías y las visiones/ Dónde ir/ Es posible señores volver al principio volver al final ser simultáneos/ Ser y no ser con libertad de acción/ hacerle zancadillas a los reflejos del pasado/ a las proyecciones del futuro a la vida al paso/ a los gritos preparados/ al vino rojo que cae desde el barco en donde cantan las sirenas y bailan los náufragos/ bajo la luz crepuscular/ de un verano que siempre sonríe entre el rock y el shock/ porque puede ser el último verano de las fotografías

Juguemos a la ronda ahora que el lobo no está

Juguemos a la ronda ahora que el lobo no está

A Teresa y Cecilia

¿Lobo está?
Seguiremos cantando en el fondo del patio
mientras los muertos duermen la siesta
y nosotras bailamos con coronas de flores
porque no creemos en el lobo
Sabemos que el juego es sólo para hacer tiempo
mientras llega la hora
de decir adiós
y comenzamos con la carga de lastre
para llevar a la otra vida
a celebrar
porque vencimos desde el primer grito
cuando nos dieron la luz
la vida cotidiana
con su cuota de confusión y urgencia
Ahora que tenemos la llave para abrir la habitación
Barba azul elude su condena
y volvemos a jugar en el fondo del patio
a abrir las cartas y recibir instrucciones
como correr a paso de gigante para abordar el destino
o escapar del carrusel sin rumbo
de la feria de diversiones
Ahora el riesgo es mucho mayor que saltar la reja
para ir a ver charlatanes
hipnotizar culebras
buganvillas flotando sobre el mar
o mosaicos portugueses
que el sol encandilaba
en la estación de trenes que ya no existe
Es posible que el falso lobo continúe persiguiendo niños
que no se coma la comida
porque es el estrés de sobrevivir
su verdadera historia de terror
Nos ponemos espinas de rosas en la nariz
simulamos ser rinocerontes jabalís dinosaurios
habitar el averno
¿lobo está?
y dejar que el eco
nos conduzca al mito
con un falso trébol de cuatro hojas
o un poema al revés de la memoria
Cavamos en el huerto en busca del tesoro
que aún hoy espero recoger
pero Cecilia como reloj de Dalí
tan escurridiza
se cae del improvisado columpio
de cortinas que le hicimos
y vuelve del vuelo para quedar inconsciente
como muñeca rota
sobre la alfombra oriental
Le gusta parecer una muñeca rota
o estar al borde del precipicio
ser la que cae
la que se aterra
la que llama a la muerte
con otro nombre
La idea fue mía
la culpable es la fragilidad humana
un columpio revelado como zarza ardiente
idea genial que se balanceó sobre las cuatro paredes
que cercaban el bosque
¿lobo está?
me escondo
Cuando llaman a la puerta lo niego
y camino hacia el colegio o al hall del cine
a mirar fotogramas y desaparecer en el decorado
o en el sarcófago de la momia
pasando lista en la sala de clases
No sé por qué lo hice
me dolió el estómago
cuando supe que iban a vacunar
nunca más lo juro
A Cecilia ahora hay que cuidarla
como si fuera de papel
muñequita recortable
prepicada
de diseño fatal
de polvo que vuelve al polvo al menor soplo
¿lobo está?

Teresa está feliz
sabe que algún día será cisne
alarga las piernas y pinta sus uñas
de cardenales y ruiseñores
Con pétalos nacarados
espera al príncipe
que caerá desde el caballo
en cámara lenta hacia sus brazos
Los príncipes no están acostumbrados
a cerrar las cortinas sin recibir aplauso
y desaparecen tras la escenografía
hasta desvanecerse en los bosques del recuerdo
Ellos mataban lobos para disfrazarse con su piel
pero estaban tan asustados como nosotras
y se cubrían el rostro para que no los reconociéramos
mientras estudiaban donde depositar
el ADN de la perpetuidad
y sentían el peso de las cadenas
al descubrir que el verdugo del tiempo
vivía en esta misma casa
jugaba los mismos juegos
y se enrollaba en el espiral genético
hasta dar en el blanco del cuaderno de croquis
La libertad gritaba Acción
como un apasionado director de cine
que convocaba extras y les pedía
no se deslumbren con los reflectores
de la vida real
no miren hacia la cámara
no prueben la fruta
no beban el vino
sonámbulos
perseguidos por sus papeles
como si los acechara la misma muerte

o la misma vida

Ahora corran hasta marear al día
que venimos encadenadas
y si una cae bota a las otras
y las otras se ponen de pie para levantarla
las tres gracias encendidas
aunque corra sangre por las calles
que están llenas de ánimas sin nombre
de casitas de juguete
pintadas de blanco y con flores de papel

Levántense
escriban cartas para esas casas sin número
terminen los libros
y no los dejen morir de sed en el desierto
Pónganse todas las joyas las ropas
unas sobre otras
como vendas de mortaja
como telas de cebolla para botar en el camino
No hay que perder la huella
en el bosque o el retorno
¿lobo está?

Levántense por las noches
para asustar a la platea
ensayen frente al espejo
terminarán creyendo en lo que ven
y plasmarán su imagen para siempre
en la eternidad
allá donde no importa quién es quién
ni lo que quiere reflejar
Lo que importa
es no caer de los falsos columpios
ni apoyarse en barandas de utilería

Lo que importa es respetar el turno
para tomar el tren
a esperar a la vida
que algún día conoceríamos
Algún día
cuando despertáramos de la siesta
y apagáramos las velas de la torta
pensando en los regalos
y así antes de abandonar la fiesta
una a una
en el camarín común de nuestra generación

nos esperen con luces y flores
uno a uno
los ecos de nuestros nombres
repetidos por espectadores voceros
del obituario universal
al cual también llegarán a dormir la siesta
en silencio
para que los demás puedan vivir en paz
¿lobo está?

(juguemos en el bosque ahora que el lobo no está)

lunes, diciembre 19, 2005

Soy un Animal






















No queda otra cosa que asumir que se es un animal
Pobre animal cautivo entre los límites poco claros del espacio cibernético.
Del espacio universal. Del espacio dudosamente real.
Sólo tengo una certeza. Soy un animal y no me queda otra alternativa que escribir poesía para humanizarme. Tal vez debo decir solamente Escribir.
Sé que no es la mejor manera para instalarme en un blog dispuesta a cazar espíritus.
Pero tengo un hambre metafísica que convierte en Dios todo lo que toco.
Y un ladrido turquesa se me escapa del vestido.
Y se disfraza de relámpago sobre un callejón oscuro
o se queda largo tiempo mordiendo la punta de una estrella muerta
para devolverle el aliento.
y curiosamente titilan en mi lengua
algunas palabras extremas que me llaman
Levántate y Anda.