Animal cautivo

Hay que asumir que se es un animal, cautivo, entre los límites poco claros del espacio cibernético, universal, dudosamente real. Soy un animal... sólo tengo esa certeza y no me queda otra alternativa que escribir poesía para humanizarme. Tal vez debo decir solamente Escribir. Sé que no es la mejor manera para instalarse en un blog dispuesta a cazar espíritus. Pero tengo un hambre de pasión metafísica que convierte en Dios todo lo que toco.

domingo, agosto 26, 2007

Eurídice



Eurídice

Margaret Atwood

El ha venido a buscarte y está aquí,
canción que te llama y quiere que vuelvas,
canción de dicha y de pesar
a partes iguales, promesa
hecha canción, promesa
de que todo será, allá arriba, distinto
a la última vez...
Hubieras preferido seguir sintiendo nada,
vacío y silencio; la estancada paz
del mar más hondo,
al ruido y la carne de la superficie,
acostumbrada a estos pasillos pálidos y en sombras,
y al rey que pasa por tu lado
sin pronunciar palabra.
El otro es diferente
y casi lo recuerdas.
Dice que canta para ti
porque te ama,
no como eres ahora,
tan fría y diminuta: móvil
y a la vez quieta, como blanca cortina
o soplo en la corriente
de una ventana a medio abrir
junto a una silla donde nadie se sienta.
Te quiere "real",
un cuerpo opaco,
sentir cómo se espesa
(tronco de árbol o ancas)
y el golpe de la sangre tras los párpados
al cerrarlos
la llamarada solar...
sin tu presencia no podrá sentir
este amor suyo...
Mas la súbita revelación
de tu cuerpo enfriándose en la tierra
fue saber que le amas en cualquier lugar
hasta en este sitio sin memoria,
este reino del hambre.
Como una semilla roja en la mano
que olvidaste que aprietas,
llevas tu amor...
El necesita ver para creer
y está oscuro.
Atrás, atrás..., le susurras,
pero quiere que vuelvas
a alimentarlo, Eurídice,
puñado de tul, pequeña venda,
soplo de aire frío,
no se llamará Orfeo
tu libertad...

.

jueves, agosto 16, 2007

Las estatuas no preguntan












Las estatuas no preguntan

Diré que escribo tendida junto al rosal
Esos espíritus convocados por el viento
Soplan y se arremolinan
Sobre la mesa
Redonda como un planeta
Lleno de vertientes y casillas abismales
¿Acaso desde allí se descuelgan?

Diré que oigo sus voces
Sus planes, sus gemidos
Sus apuestas, sus gritos de sorpresa
Cuando los llaman por sus nombres
Más antiguos y olvidados
Y deben marcharse
Despacito
Envejeciendo como motas de polvo
Como algodones celestes
Que se posan sobre las ventanas abiertas
De las noches más insomnes

Diré que cuentan historias
Sobre castillos que se ocultan tras la niebla
Que enseñan fotografías
Donde nunca aparecerán
Diré que se proyectan sobre la piel
De las estatuas
Y que los he visto bailar con ellas
Bajo los faroles de las plazas

Diré que luego suben por árboles y balcones
Como si no supieran adónde regresar
¿Acaso no se cansan de llamar a las puertas?
¿De empujar las ruinas hasta oírlas crujir?

Diré que se molestan mucho
Cuando alguien no les cree que están vivos
Y para demostrarlo
Se deshojan al amanecer como flores de cerámica
Se quiebran como espejos para hacer señales
Que escapan confusas hacia las afueras del tiempo

Y diré cómo los oigo tocar los clavecines de la tarde
Cuando se esconden entre los signos mudos
De un salterio
O en la letra capitular de un códice
Fundidos en vertiginosos arabescos
Y tras las molduras de una iglesia
O entre los santos cubiertos de heridas
Que no dejan de sangrar
En escenas libradas bajo cúpulas azules
Que se descaman como estrellas
De una columna fugaz
¿Es que algo tienen qué decir?

Diré que ciertas luces no iluminan
No ayudan a ver Ciegan
Sorprenden con sus dudas
Desplegadas en escorzo
Sobre esos ojos de mármol
Que nos abren el mundo cada noche
Sin preguntarnos de qué guerra desertamos
Ni en qué tiempo olvidamos nuestros cuerpos
Sin preguntarnos
Si todavía estamos vivos

Lila Calderón (Inédito)

(Pintura: J. W. Waterhouse)

miércoles, agosto 08, 2007

Creación del paisaje


Warwick Goble (Ilustrador inglés, 1862–1943). Video realizado por Nebrulla.


Creación del paisaje

Caminas hacia un árbol frondoso
Tejido de cortezas y raíces
Vas maquillada de rojo ceniza
O teñida con los cromosomas
Del origen
En la erupción del génesis
Una ninfa intenta atrapar tu sombra
Que parece cambiar de sitio
Porque todo parece
Incluso para ella
Que se ve confusa
Y a ratos sombra toda
Bajo la soberanía del cielo
Mientras vuelan inquietantes aves
Que con su canto la adormecen
Para pintar las brumas del secreto

Eres una Musa
Ya no ninfa o sirena
Una mujer ángel anfibia
Extendida sobre la hierba
Con un cuerpo vestido de velos
Para soñar la creación del paisaje
Donde amarás al hombre
Que en el territorio de las apariciones
Ha enclavado su canto junto al tuyo

Lila Calderón (Inédito)