Animal cautivo

Hay que asumir que se es un animal, cautivo, entre los límites poco claros del espacio cibernético, universal, dudosamente real. Soy un animal... sólo tengo esa certeza y no me queda otra alternativa que escribir poesía para humanizarme. Tal vez debo decir solamente Escribir. Sé que no es la mejor manera para instalarse en un blog dispuesta a cazar espíritus. Pero tengo un hambre de pasión metafísica que convierte en Dios todo lo que toco.

miércoles, julio 25, 2007

Las Musas siempre vuelven a la vida


(Video: La Martiniana, realizado por Nebrulla)

Las Musas siempre vuelven a la vida

Habíamos nadado toda la noche
Por un río inexistente
Y el agotamiento era mayor
Que el deseo de vivir

Una piedra se abrió en múltiples pedazos
Como corazones
Que saltaron al vacío hasta encontrarnos
Y se oyeron los latidos del tiempo
Cuando empezamos a recuperar la memoria

Y fue así
Recuerdo
Como se escribió el primer poema
En memoria de la Musa muerta

Ahora saltan lágrimas hirvientes
Donde burbujean los primeros sueños
Que gotean en desorden

Como un ángel híbrido la Musa
Pierde el aliento
Pensando que está fuera de lugar
No hay luces para ella
Sólo vagas intuiciones que la siguen
Como a un espectro

Hombres desnudos caminan
Sobre el agua en llamas
Sin proferir un solo grito
Visiones fantásticas vibran
Como espejismos fugaces
Y se desvanecen
En un abrir y cerrar de nieblas

Pero la memoria confusa
No daba indicaciones
Sobre el desorden de elementos
Que se extendían como telones inmensos
Animados
Para tomar fotografías

Truenos lluvias soles
Medias lunas
Revelaciones
Humos nieblas menguantes nubes
Estratos furiosos
Crepúsculos sangrantes
Ciclones torbellinos
Y tardes despejadas

Y eternas

Pero ahora
Sobre qué blanco soplar esas imágenes

Lila Calderón (Inédito)

jueves, julio 12, 2007

Recuerdos del Festival de la Lira, en Ecuador






















































































Los poetas: Carmen Ollé (Perú), Galo Alfredo Torres (Ecuador), Lila Calderón (Chile), Arturo Carrera (Argentina), Cristóbal Zapata (Ecuador), Andrés Neuman (Argentina), Ana Minga (Ecuador), Jorge Enrique Adoum (Ecuador), José Kozer (Cuba) y su musa, Guadalupe (España), Yolanda Pantín (Venezuela), Alexis Naranjo (Ecuador) Imágenes del Festival de la Lira, celebrado entre el 7 y el 10 de mayo de 2007, en la ciudad de Cuenca, Ecuador.

SOBRE LA INUTILIDAD DE LA SEMIOLOGIA


















Jorge Enrique Adoum

Sobre la inutilidad de la semiología

Domingo. Tan agosto que me cuesta imaginar que a veces me ha dolido literal y metafóricamente el corazón.
Estuve tratando de conciliar la semántica con el verano y su cerveza adyacente
y la gnoseología con la nostalgia de un país donde a esta hora el mediodía se echa al mar arrastrando adolescentes en racimos,
tratando de comprender por qué “en la relación con la lógica de la palabra es donde adquiere su valor significante la reunión no sintética que actúa en el significado poético”
pero no pude, pese a mis sogas cartesianas:
en el balcón de la casa
de enfrente una muchacha desnuda, hembra hasta abajo,
se ha puesto a mirar desolándose el vecindario de chimeneas y de antenas, mástiles sucesivos de un puerto sin mar donde alguien tomará fotografías despidiéndose,
trata de cerrar las persianas (con la cabeza baja llora rubia bajo el cabello hasta los hombros)
y puesto que ya pasó el sol, cartero de los domingos por la tarde, y que nadie recuerda cómo irá a ser de azul el temblor de la brisa de septiembre,
pienso que anticipa la noche, antojadiza, ambigua entre la incontinencia y el desánimo,
porque cuando esto sucede a esta hora y ella está ya desvestida
suele haber adentro un hombre dispuesto a rehacer
unavezmentemás esa historia que más que las otras comenzó en el Génesis
y a probar cada vez que le sea dable los frutos del bien y del mal
(he visto desde aquí también las piernas y el tronco del conocimiento)
ya sin temor a la fingida curiosidad del Señor con sus preguntas,
el mismo que antes de darle mujer al hombre había dicho del hombre “No es bueno que esté solo”
(¿y la relación con la lógica de las palabras?),
sin avergonzarse ninguno de los dos de estar desnudos,
más bien orgullosos ambos de la perfección estatuaria de los cuerpos comunicantes, “la permutación de los dos significantes por un significado”,
agradecidos de no estar más en el Paraíso, tan aburrido como un domingo de tarde en Galápagos,
pero en tal caso no se llora, a menos que se trate de esa frecuente cópula disyuntiva (donde adquiere su valor significante la reunión no sintética)
o que no haya nadie esperando que ella vuelva del balcón a la cama para envaginarse
y nadar en mujer en la penumbra
y que pese a sus flancos que me turban de lejos y que, vistos desde aquí, abren en dos el cielo,
que pese a sus pechos que refrescan –vistos desde aquí parecen cargados de un zumo de atardecer- sea sola,
interminablemente intermitentemente sola,
y a causa del crepúsculo, de la cerveza, de otras mujeres donde
antes fue verano
y sobre todo de esta higiénica manía de esperar lo peor objetivo
para esquivar la cobardía que es solo el temor a lo imprevisto,
pienso que en este momento ella es la única mujer de la tierra y
que va a matarse dejándonos a todos viudos: al fin y al cabo
es domingo de tarde.
(Yo sé que “la poesía enuncia la simultaneidad, cronológica y espacial, de lo posible
con lo imposible, de lo real con lo ficticio” pero ¿y la desesperanza como estructura del poema? ¿y los días que nos quedan, fonemas de la vida tartamuda?).
Tengo entendido que los suicidas fundan la tiniebla como una
ciudad sin nadie
llegando a ella a tientas con la última marea del aliento,
o sea que tras aguardar toda la vida aun pueden aguantar hasta la noche,
con Dios bajo la axila,
pero si tienen urgencia de sombra cierran las ventanas o buscan en el sótano,
para acostumbrarse, una antesala de la bruma,
deteniéndose un instante en la puerta, espiando su rumor,
casi con miedo,
y como quiera que caigan en su propia emboscada
tarde o temprano los veremos de espaldas y atónitos como el
primer hombre ante el primer relámpago en la primera
noche de la tierra (…)


(Fragmento del poema Sobre la inutilidad de la semiología, leído por el poeta Adoum en el Encuentro)

domingo, julio 01, 2007

EL CORAZÓN ES UN LUGAR COMÚN


Video: Georges Moustaki y Barbara, La dame brune.

EL CORAZÓN ES UN LUGAR COMÚN

Yo sólo veo un trance de árboles que van pasando
cargados de anuncios

Un violín en ruinas un barco fantasma
aves descompaginadas en el truco del rumbo

Espejos que no tiene más historia
que la de los personajes que pasan y se reflejan

Una bandada de estatuas a ras de suelo

El planeta en donde nacerá el futuro
y los milagros que me proponga

Veo al verbo caminando inadvertido por las noches
en diversas fuentes de luz

Veo que amanece a cada vuelta del reloj

LA CIUDAD ES UN LUGAR COMÚN

Lila Calderón (Del libro: Balance de blanco en el ángel de Durero, 1993)