Hay que asumir que se es un animal, cautivo, entre los límites poco claros del espacio cibernético, universal, dudosamente real. Soy un animal... sólo tengo esa certeza y no me queda otra alternativa que escribir poesía para humanizarme. Tal vez debo decir solamente Escribir. Sé que no es la mejor manera para instalarse en un blog dispuesta a cazar espíritus. Pero tengo un hambre de pasión metafísica que convierte en Dios todo lo que toco.
Héctor Carreto en Morelia, octubre de 2006Hombres de bolsilloLos hombres de bolsillo son pequeños,visten de oscuroy corren peligro de ser confundidos con ratones.No obstante, son inofensivosy es débil su chillido.Se limitan a cumplir,no más, no más.Como buenos relojitos caminan por la calle.¿Qué lindos muñequitos de cuerda,qué monos!No sienten la cadena que va desde su cuellohasta el chaleco de los diosesni la mano que tranquilalos guarda en el bolsillo.(De: La espada de San Jorge, México, 1982)
Entregado por Lila Magritte @ 10:45 a. m. 29 Voces dicen
Ledo Ivo en Pátzcuaro, México, 2006LOS MURCIÉLAGOSLos murciélagos se esconden tras las cornisasdel almacén. ¿Pero dónde se esconden los hombres,que vuelan la vida entera en la oscuridad,chocando contra las paredes blancas del amor?La casa de nuestro padre estaba llena de murciélagoscolgados, como luminarias, de las viejas vigasque apuntalaban el tejado amenazado por las lluvias."Estos hijos nos chupan la sangre", suspiraba mi padre.¿Qué hombre tirará la primera piedra a ese mamíferoque, como él, se nutre de la sangre de los otros animales(¡hermano mío! ¡hermano mío!) y, comunitario, exigeel sudor de su semejante aun en la oscuridad?En el halo de un seno joven como la nochese esconde el hombre; en el algodón de su almohada,en la luz del farolel hombre guarda las doradas monedas de su amor.Pero el murciélago, durmiendo como un péndulo,sólo guarda el día ofendido.Al morir, nuestro padre nos dejó (a mis ocho hermanos y a mí)su casa donde de noche llovía por las tejas rotas.Pagamos la hipoteca y conservamos los murciélagos.Y entre nuestras paredes se debaten: ciegos como nosotros.OS MORCEGOS Os morcegos se escondem entre as cornijasda alfândega. Mas onde se escondem os homens,que contudo voam a vida inteiro no escuro,chocando-se contra as paredes brancas do amor?A casa de nosso pai era cheia de morcegospendentes, como luminárias, dos velhos caibrosque sustentavam o telhado ameaçado pelas chuvas."Estes filhos chupam o nosso sangue", suspirava meu pai.Que homem jogará a primeira pedra nesse mamíferoque, como ele, se nutre do sangue dos outros bichos(meu irmão! meu irmão!) e, comunitário, exigeo suor do semelhante mesmo na escuridão?No halo de um seio jovem como a noiteesconde-se o homem; na paina de seu travesseiro, na luzdo farolo homem guarda as moedas douradas de seu amor.Mas o morcego, dormindo como um pêndulo, só guardao dia ofendido.Ao morrer, nosso pai nos deixou (a mim e a meus oito irmãos)a sua casa onde à noite chovia pelas telhas quebradas.Levantamos a hipoteca e conservamos os morcegos.E entre os nossas paredes eles se debatem: cegos como nós.
Entregado por Lila Magritte @ 11:16 p. m. 23 Voces dicen
Raíces y catrinasLa vida arde entre raíces y catrinaslate el tiempo oculto tras la piedray un río de estrellas rojasbaja desde el volcán con la boca pintadade rosas festivaspara beber en la calavera de los diosessangre dulce y luz de la noche de México
Entregado por Lila Magritte @ 1:40 p. m. 19 Voces dicen
(Edith Piaf: "Non, Je ne regrette rien" )Yo soy del 30Desnudo, llegué al mundo en 1930.Volaban, entonces, los dirigibleshacia el Polo, y mi padre silbaba:la “Carioca”. “Te para dos” y “Ángela mía”.Mis tías vivirían para siempre(y en Valparaíso, como resulta natural). Hitler ya estaba ahí,y los Tres Chanchitos sueltosiban preguntando: “¿Quiénle teme al Lobo Feroz, al Lobo Feroz?”La tos convulsiva, el aceite de hígadode bacalao, las gotas de Nicán.Versos de Pipo en muros y faroles.Capone caía a la gayola, Lindbergh era un héroey Robert Taylor y Rosalind Russell se amabanen “El último saludo”, con la guerra del 14.How to have peace?, decían en Londres.Tranvías de dos pisos iban a ChorrillosY en las revistas los tigres y los maharajaes—más unas vistas de Gandhi— eran la India.Como el cardenal Danielou,aunque un poco antes, yo veía a Diosen todas las cosas de la vida.En la subida de Playa Ancha encontréa la Tortilla Corredora y a los MúsicosViajeros. Sicilianos, y con todo,en la familia morían de muerte natural.Me encantaban el olor de los periódicos,El manjar blanco, las galletasDe jengibre y los grisini.Fotografías y recortes de revistasen los muros (Mussolini, Balbo, Ciano,“Cantimplora” Olguín y David Arellano,Valentino, Pola Negri y la Nazimova,Sacco y Vanzetti, el Niño Jesúsde Praga, Don Bosco y San Nicola di Bari).Los millonarios se arrojaban por las ventanasen New York, y “King-Kong” amaba a Fay Wray.Dick Tracy era mi guía espiritual.Oía “Giovinezza”, los domingos,de mañana, en el Parque Italia junto a la loba.Mi padre usaba sombreros a lo Chevaliery pantalones Oxford, de marinero.Mi madre, esos trajes azules de sedacon lunares blancos y quitasol.Los galanes, en calle Pedro Montt,lucían sus polainas grises,y más tarde se iba a Las Salinas,en donde el pan de huevo era Primera Comunión.Ya en el 34, quise ver la isla de Crusoe,el loro de John Silver el Largo,los leones del gozoso Tartarín.Me puse a buscar a mi Ángel de la Guarda, los nombres de los instrumentos musicalesen el “Larousse”, y a contar los autos(Packard, De Soto, Ford, y Chevrolet).“Catari”, las “Monas” Polo y las fiestasde la primavera (reina fue María Luisa).Y en eso, Abisinia, la guerra CivilEspañola, y el príncipe de Galesque renuncia al trono por el amorde Wallie Simpson. De ahí para adelante,creí que esos años eran felices,que la vida era hermosa, y antesde leer a Jacques Prévert,que el caballo de Troya y los perroscon ojos como platos vinieron,para mi perfecta alegría, en el Arca de Noé.Y ahora, en una tromba, se fue todo.¿Podemos comenzar de nuevo?(“Testigos de Nada”, Editorial RIL, Santiago, 1997)
Entregado por Lila Magritte @ 11:38 a. m. 20 Voces dicen
Entregado por Lila Magritte @ 1:30 a. m. 32 Voces dicen
Entregado por Lila Magritte @ 1:43 p. m. 21 Voces dicen
("El Terapeuta", de René Magritte)PARA HACER EL RETRATO DE UN PÁJAROPintar primero una jaulacon la puerta abiertapintar después algo bonitoalgo simple, algo bello,algo útil para el pájaro.Apoyar después la tela contra un árbolEn un jardín en un sotoo en un bosque esconderse tras el árbolSin decir nada, sin moverseA veces el pájaro llega enseguidaPero puede tardar añosantes de decidirse.No hay que desanimarseHay que esperarEsperar si es necesario durante añosLa celeridad o la tardanzaEn la llegada del pájaroNo tiene nada que verCon la calidad del cuadro.Cuando el pájaro llega, si llegaobservar el más profundo silencioesperar que el pájaro entre en la jaulay una vez que haya entradocerrar suavemente la puerta con el pincel.Después borrar uno a uno todos los barrotescuidando de no tocar ninguna pluma del pájaro.Hacer acto seguido, el retrato del árbol,escogiendo la rama más bella para el pájaro,Pintar también el verde follajeY la frescura del viento,El polvillo del soly el ruido de los bichos de la hierva en el calor estivaly después esperarque el pájaro se decida a cantar.Si el pájaro no canta, mala señal,Señal de que el cuadro es malo,Pero si canta es buena señal,Señal de que podéis firmar.Entonces arrancadle delicadamenteuna pluma al pájaroY escribid vuestro nombreEn un ángulo del cuadro.
Entregado por Lila Magritte @ 8:30 p. m. 21 Voces dicen
(Soar: A Celebration of the Female Form, de SirenaBlack)PARA TI MI AMORFui al mercado de pájarosy compré pájarosPara timi amorFui al mercado de floresy compré floresPara timi amorFui al mercado de chatarray compré cadenasPesadas cadenasPara timi amorDespués fui al mercado de esclavos Y te busquéPero no te encontrémi amor.Jacques Prévert(De: "Paroles". Versión de Claire Deloupy)
Entregado por Lila Magritte @ 12:10 p. m. 21 Voces dicen
Nombre: Lila Magritte Mis huellas